
ESTÁ CIRCULANDO POR INTERNET un documento en el que el sacerdote jesuita Javier Giraldo se rehúsa, “por impedimentos éticos”, a concurrir a una diligencia judicial a la que lo citó
Aparte del tedio frente a un proceso tan inútil, es el pavor, más bien, frente a las instancias de justicia, lo que ha determinado que el autor de ese escrito haya decidido no volver a pisar un estrado en su vida, pues cuando lo ha hecho, con denuncias y pruebas sobre crímenes de lesa humanidad, no simplemente ha perdido su tiempo, sino que a poco andar ha sabido de la pérdida de la vida —en forma espantosa— de aquellos testigos que le habían pedido comparecer con ellos, acogiéndose a su protección pastoral.
El documento a
“A través de 29 años, multitud de experiencias negativas y aterradoras fueron destruyendo mi fe en la administración de justicia (…) y poco a poco me llevaron a (…) una radical repulsa de conciencia frente a cualquier otro eventual involucramiento procesal…”
“Uno de los procesos en los que me involucré fue el del Carmen de Chucurí (…). Me correspondió recibir a numerosos campesinos desplazados de ese municipio santandereano. Todos relataban cómo los comandantes de la base militar se paseaban por el pueblo en compañía de los líderes paramilitares. De los buses bajaban a los insumisos para desaparecerlos y en los mismos carros de
“En marzo de 1997, estaba yo en Turbo (…) acompañando a los desplazados de la región, y justo en esos días llegaron al Coliseo otros varios millares de desplazados de las riberas del Cacarica y de otros afluentes del Atrato. Escuchar a aquella gente durante varios días nos reveló los horrores de la ‘Operación Génesis’ comandada por el general Rito Alejo del Río, entonces comandante de
“En agosto de 2001 solicité al fiscal que conocía del proceso contra el general Del Río una investigación formal por más de 200 crímenes que eran de su responsabilidad y que debían ser investigados y sancionados. (Pero) el Fiscal General Luis Camilo Osorio (…) desde su posesión (…), había orientado todo a la preclusión de Del Río (…) dejando de lado el enorme cúmulo de crímenes (…). Se negó (…) a verificar denuncias muy graves que allí obraban, como bases paramilitares instaladas al lado de bases militares; placas de carros y números telefónicos; testimonios de ex soldados y ex policías, como el del ex jefe de
(En cuanto a “