EL CIUDADANO en la presentación de la película “los actores del conflicto”

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A todos nuestros lectores los convocamos para que vean esta extraordinaria película, que estará en cartelera en simultanea nacional, a partir del próximo viernes 10 de octubre de 2008

La presentación en sociedad de la película “LOS ACTORES DEL CONFLICTO” de nuestro paisano el maestro Lisandro Duque Naranjo, fue todo un éxito. En una sola noche, las dos funciones contaron con un aforo total. Los comentarios que se dejaron escuchar después de la presentación, auguran mucho éxito,(LEER AQUI).Los expertos como el Sr. ALBERTO POSSO GÓMEZ reconocido critico de cine, se mostró muy optimista con esta nueva producción del cine colombiano.

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“Los Actores del Conflicto”.

Por: Alberto Ramos G.(*)

La reciente exhibición del cine colombiano nos ha mostrado varias películas sobre las acciones de la guerrilla, los narcotraficantes y la espiral de violencia que vive el país, algunas desde la estructura del drama han narrado las ignominias del secuestro como “Karma”, y “La Milagrosa”; otras sobre el sicariato que produce el narcotráfico como “Rosario Tijeras”, también producciones sobre la situación de los incursos en papeles o roles de la cadena delictiva, como mulas sufriendo las consecuencias, “María Llena Eres de Gracia”, o traficantes engañados en los procesos de extradición y rebaja de penas, así lo plantea la película “El Trato”; pero planteadas desde otros géneros del cine, solo “Soñar no Cuesta Nada” y “Los Actores del Conflicto”, desde la comedia narran algunas facetas de la guerra interna que tiene Colombia.

Lisandro Duque Naranjo es un director de cine prolífico, conoce la realidad nacional por su formación de antropólogo y en las demás ciencias sociales, así lo ha demostrado en los anteriores largometrajes (“El Escarabajo””, “Visa USA”, Milagro En Roma, Los Niños Invisibles), y en las columnas del periódico “El Espectador” donde aborda diferentes tópicos nacionales e internacionales. Maneja un humor negro que impacta por la sutileza para develar el trasfondo de los asuntos que cuestiona y es incisivo para resaltar los aspectos que desea criticar y deben reflexionarse. Su aporte al cine colombiano es invaluable desde que se inició en el cortometraje de los años 70s dentro del período del cine de sobreprecio.

La última película de Lisandro Duque, “Los Actores del Conflicto”, es una comedia política donde tres mimos de la calle séptima de Bogotá que viven del rebusque y las dádivas callejeras deciden convertirse en falsos guerrilleros, actuando de impostores, para poder viajar a España y encontrar otro horizonte .En un país donde pululan los impostores, los suplantadores y los falsos positivos de la misma Fuerza Pública, la idea del guión encaja en la historia planteada. La situación que sufren los mimos por la exclusión social la padecen de m manera triple en la película. 1) Son desempleados y rebuscadores callejero,2) como falsos guerrilleros son secuestrados,3) al regresar a Bogotá no pueden volver inmediatamente al rebusque diario porque todos los mimos están bajo sospecha, el operativo policial forzadamente montándolos al camión lo describe.

Los Actores del Conflicto” es una película que describe varios problemas de la sociedad colombiana a través del humor, porque el verdadero drama de los mimos es el desempleo que los lleva con imaginación aguda a suplantar guerrilleros del sur del país para solicitar la desmovilización, el exilio, algunos beneficios económicos y el viaje a España, por eso Mario Duarte el actor dice, “para que lo reciban a uno en otro país hay que dar bala en este”, frase crítica contra algunas figuras jurídicas con beneficios para quienes han delinquido y obtienen rebaja de penas excesivas, como las consagradas en la Ley de Justicia y Paz. Sólo en un país con un conflicto desbordado y con multiplicidad de actores armados, la realidad y la imaginación pueden unirse para crear un trabajo cinematográfico como este donde muchas veces no se sabe por qué se dispara y quién es el verdadero enemigo.

El film tiene buen sonido y un montaje o edición ágil. En algunas escenas una dinámica de planos americanos rápidos, cuando están abriendo las cajas de libros para saber que secreto o misterio contienen, ante la captura de Nicolás Montero en España, deciden desconocer la petición del dueño y se van a encontrar con los fusiles Galil AR-556; apreciamos cortes rápidos y una superposición de ellos para narrar y abreviar el tiempo, lo mismo sucede en la escena de labores callejeras de los mimos en el parque Santander; en el empalme realizado cuando un mimo habla de los $10.000.000 y aparece el rostro del militar en la oficina del Alto Comisionado…; o el montaje apropiado empalmando la voz con la imagen de lo que va a suceder, lo vemos en el plano del recatón y la pala que se estaba anunciando; o el dinero en un paquete que se va a dejar en una caneca de la basura y debe ser recogido antes de que pase el camión recolector, no ha terminado la frase y ya la imagen de la acción siguiente aparece en la pantalla.

La película maneja todo el lenguaje de la resolución de conflictos, los derechos humanos y los procesos de mediación que ha vivido Colombia en los últimos 26 años .Describe todas las implicaciones del conflicto armado y la necesidad de los acuerdos humanitarios. La idea de reinsertarse fingiendo ser guerrilleros permite el desarrollo del guión para describir a los tres principales actores del conflicto en Colombia: el ejército institucional, la guerrilla y los paramilitares. Y la dramática situación de las víctimas desatendidas por las autoridades .Hay una secuencia que encarna la crítica a las instituciones, está narrada en una plano abierto frente a las instalaciones de las oficinas de la Defensoría del Pueblo: la multitud se arremolina en la puerta de acceso y un funcionario les ordena, como si fueran subalternos que para reclamar, hagan cuatro colas: una para los familiares de los secuestrados por la guerrilla, otra los familiares de secuestrados por los paramilitares, otra para los desplazados , otra para las víctimas de la delincuencia común, y enfatiza que los familiares de los desaparecidos deben regresar al final del mes. La película tiene sátiras dosificadas contra el funcionamiento institucional del Estado colombiano, y sátiras repartidas con equilibrio contra todos los actores del conflicto, por la inutilidad de la guerra.

Entre las sátiras descritas vemos la silla vacía en la mesa de la negociación del Alto Comisionado que deseaba el acto con todos los medios de comunicación para propiciarse el shampoo publicitario, silla que nos recuerda el desplante del Caguán al Presidente Pastrana; y el operativo de despliegue para transportar al Embajador español y organizar la ceremonia de la reinserción con la presencia de garantes y autoridades, resulta una premonición a la impostura organizada para llevar a cabo la Operación Jaque, pero al contrario. Plantea también el enredo, la manipulación y el sesgo de las noticias difundidas por los medios de comunicación;

La película también contiene imágenes que denotan el control territorial que ejercen algunos frentes armados, los retenes en las carreteras y el seguimiento a los pobladores. Esboza la tragedia de los secuestrados hacinados en barracas infames apegados a un radio para escuchar un mensaje, la falta de comodidades e implementos de aseo personal, etc., y cuestiona la multiplicidad de secuestros, involucrando por sospecha a los ciudadanos, y otros con carácter extorsivo. Dos de los mimos son secuestrados (uno por los Paras y otro por la Guerrilla), por la duda que genera sus actividades en el Carmen, pueblo donde gira la acción, significando estos dos secuestros, el drama de todas las víctimas de este flagelo. Contiene planos cortos para reflejar otros aspectos como las eliminación de población vulnerable con “Limpieza social” de escuadrones de la derecha, como la muerte del poeta callejero con vestimenta hindú que hasta el dueño de la funeraria consideraba deshechable.

Son cuatro los largometrajes de Lisandro Duque donde el viaje al exterior se convierte en la meta de los protagonistas: En “El Escarabajo, el sueño del ciclista es destacarse en las carreteras nacionales para viajar y competir afuera; en “Visa USA”, la meta es llegar a otro país para salir de la crisis; En “Milagro en Roma”, sólo en la capital italiana se podría dar la solución mágico-religiosa, y en “los Actores del Conflicto”, la salida al desempleo nacional se busca en el anhelo ibérico, otro espejismo. Estos viajes al exterior de los protagonistas como solución marcan casi una constante en el cine de Duque Naranjo, cuestionando con ello la escasa movilidad social que existe en Colombia que, no solo genera desplazados internos, refugiados internacionales, sino también migrantes transfronterizos y fuga de cerebros.

(*) El autor de esa reseña ejerció la crítica de cine durante 9 años en el Diario “El País” de Cali. Doctorado PhD en Derecho Político, con énfasis en realidad política latinoamericana de la Universidad Nacional UNED de Madrid, España.

ALBERTO RAMOS

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